
Cuando se extrema la sensibilidad y el cuidado por la cosas siempre sale algo bueno. Algo de lo que estamos escasos por otra parte. En esta realidad que vivimos son malos tiempos para la lírica, como decía aquel. Por eso quizás se valora aun más el esfuerzo de abstracción de ciertas personas que con su trabajo tienen la excelsa misión de emocionarnos haciéndonos pensar y sentir que cualquier tiempo pasado fue mejor. Porque ellos viven en un paraíso constante donde no les es difícil imaginar que sería de este mundo si el hombre hubiera evolucionado de otra forma.
Ponyo en el acantilado revisa este concepto, enseñándonos que es posible la convivencia pacífica de todos los seres vivos. De hecho, es hasta recomendable. El mundo es lo suficientemente grande para todos y el equilibrio lo suficientemente inerme para producirse el encuentro.
Si metemos en una urna de cristal el talento de Miyazaki y la imaginación de Walt Disney podemos crear un mundo nuevo. Lleno de colores. De bondad. De respeto al medioambiente. Doy gracias por ser contemporáneo de ambos genios y no haberme perdido nada de su obra.
Disfrútenla. Por favor.
Hombre,Walt Disney tiene algunas pelis que yo no clasificaría para niños, porque la verdad, es q traumatizan (creo q Bambi es el mejor ejemplo de ello)y son algo siniestras, pq eso de que una cria de ciervo pierda a sus padres y se quede solo con un conejo y un pajaro... pues señores, seguro q mas de un niño no ha podido dormir despues de ver la peli. Pero si que es verdad que Ponio es una peli entrañable. Para mi tiene gran valor que está creada a la vieja usanza (a mano, sin efectos especiales) y conmueve con valores tan importantes como la amistad y el amor. Preciosa.
ResponderEliminar