De veras que hay días, muchos días para mi desgracia, que me gustaría poder escribir unas cuantas normas. Tan sencillo como eso.
Unas cuantas frases, de tintes lapidarios a ser posible, que todo el mundo siguiera a pies juntillas. Cosas lógicas. Cosas normales. Cosas que están inventadas pero igualmente obviadas por la humanidad.
Hay dias que las cosas que oigo rayan lo absurdo de un modo esperpéntico (creo que peor no puedo pintar la situación) y me tengo que tragar tantos comentarios que dudo que mi ulcera invisible lo sea ya tanto.
No pido un poder absoluto. Sólo ayudar a los demás a actuar con coherencia como creo que yo lo hago. Si no, que me dicten a mi unas normas también. Estoy dispuesto a seguirlas a pies juntillas.
Mientras tanto, que todo siga como está. No tengo tiempo para más. Ni para escribir más aquí, fijate.
Nostalgia, maldita nostalgia.
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